domingo, 30 de marzo de 2014

¿Por que el agua de mar es azul?

Está muy extendida la idea de que el mar es azul por ser el reflejo del color azul del cielo, pero se trata de una de esas leyendas urbanas peligrosamente extendidas. De hecho, no hay más que observar el mar en un día con el cielo nublado para ver que el mar sigue siendo azul, mientras que el cielo va adquiriendo esos tonos blancos y grises tan característicos antes de que lleguen las lluvias y las tormentas. Planteado de otro modo, si observamos la Tierra miles de kilómetros de distancia, ¿qué cielo podría reflejar para mostrarse azul?
Para entender el color del mar, tenemos que comenzar primero con la pregunta: ¿de qué color es el agua? A simple vista, llenando por ejemplo un vaso de agua, todos tenemos claros que, para el ojo humano, el agua es transparente. Eso nadie puede negarlo, pero tiene sus matices.

I: Vaso de agua
Para entenderlo, lo mejor es hacer un fácil experimento. Tomamos un tubo largo y lo llenamos de agua purificada. Una vez lleno, cerramos ambos extremos con sendas ventanas transparentes. Así, si observamos cómo se refleja la luz blanca al otro lado del tubo, veremos que esta no es blanca, sino azul turquesa.
La razón de este azul turquesa se explica gracias a la absorción de parte del espectro visible por parte del agua. En realidad, las moléculas de agua en sí sólo producen absorción en la región ultravioleta del espectro, pero sus distintos modos de vibración provocan absorciones en la parte infrarroja del espectro y en la zona roja del espectro visible. Al perder el rojo del espectro visible absorbido por el agua, nos quedan los tonos más azulados.
Pero claro, la cantidad de luz absorbida por el agua depende directamente de la cantidad de agua. Esta es la razón por la cual el agua dentro de un vaso se observa transparente. Pero si en vez de un vaso de agua, tomamos una gran bañera, los tonos azulados se empiezan a vislumbrar, y con una piscina (con azulejos blancos) esa tendencia se magnifica siendo visiblemente evidente.

II: La Tierra a 36.000 km de distancia
Siguiendo este razonamiento, tenemos que las grandes masas de agua, ya sean lagos, ríos, mares u océanos, reflejan ese color azul tan característico, aunque no siempre. Cierto es que si observamos la Tierra a gran distancia, el color que predomina en las masas de aguas es el azul, pero se conocen algunas excepciones en las que el agua se puede ver marrón (lamentablemente la más común), amarilla o incluso roja.
Estas distintas tonalidades dependen ya de las sustancias que cada masa de agua tenga. En el primer experimento hablábamos de agua purificada, pero de sobra sabemos que es algo no presente en la naturaleza. Mares, ríos y océanos contienen multitud de sustancias orgánicas e inorgánicas que hacen variar su color.
Por ejemplo, el fino polvo rocoso hace que el agua fundida en los glaciares tenga un color azul claro. Los ríos de las grandes ciudades, a causa del barro, las arcillas y la contaminación, suelen presentar un color marrón característico. El amarillo del río Huang-Ho (más comúnmente conocido como río amarillo) proviene de las partículas en suspensión, entre las que predomina el polvo de cuarzo. Por último, las algas, de todo tipo de color, pueden pintar las masas de agua de los colores más dispares, entre los que cabría destacar el verde o el rojo.

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